Las "Cuentas del Gran Capitán" en un manuscrito pintado del Museo del Ejército (Madrid, siglo XX)

 

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CUENTAS DEL GRAN CAPITÁN

“Cada paso del Gran Capitán, Don Gonzalo de Córdoba, fue un ataque y cada ataque, una victoria; su túmulo en el convento de los Gerónimos de Granada fue adornado con doscientas banderas y dos pendones por él ganadas.-

El odio de sus émulos, y particularmente de los tesoreros que el Rey Fernando tenía en el Reino de Nápoles en 1506, para adularle, indujéronle, celosos, para que residenciase a Gonzalo, sobre el empleo de las grandes sumas remitidas desde España para los gastos de la guerra en Italia; el Rey tuvo la flaqueza de consentirlo y aún de asistir a la conferencia.

CARGO

Por los libros que produjeron, resultaba Gonzalo en grandísimas sumas alcanzado; más él trató la demanda con alto desprecio y se propuso dar severa lección, tanto al Rey como a sus tesoreros, del trato y consideración debidos a un conquistador de Reinos.-

Con indiferencia y serenidad, respondió que al día siguiente y presentaría sus cuentas, por las cuales se vería si el alcanzado era él o el Fisco que le reclamaba.~

Ciento treinta mil ducados remitidos por primera partida.~

Ochenta mil pesos por la segunda.~

Tres millones de escudos por la tercera.

Once millones de escudos de cuarta.~

Trece millones de escudos de quinta.~~…

Y así el grave, gangoso, y cortado secretario, seguía relatando cargos por este estilo, dentro de un acto imponente y serio.

El Gran Capitán cumplió su palabra, y en la segunda audiencia sacó un voluminoso libro de sus descargos que principió a leer con alta y sonora voz, del siguiente modo:

DESCARGO

Doscientos mil setecientos treinta y seis ducados y nueve reales en frailes, monjas y pobres, para que rogasen a Dios por la prosperidad de las Armas Españolas.~

Cien millones en picos, palas y azadones.~

Cien mil ducados en pólvora y balas.

Diez mil ducados en guantes perfumados para preservar a las tropas del mal olor de los cadáveres de los enemigos tendidos en el campo de batalla.~

Ciento setenta mil ducados en poner y renovar campanas, destruidas con el uso continuo, de repicar todos los días por nuevas victorias conseguidas sobre el enemigo.~

Cincuenta mil ducados en aguardiente para las tropas en día de combate.~

 Millón y medio de ídem. para mantener prisioneros y heridos.~

Un millón en misas de gracias y Te-Deum al Todopoderoso.~

Tres millones en sufragios para los muertos.~

Setecientos mil cuatrocientos noventa y cuatro ducados en espías y…

Cien millones por mi paciencia en escuchar, ayer, que el Rey pedía cuentas al que le ha regalado un Reino.~

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Estas son, pues, extractadas, las célebres cuentas del Gran Capitán, que, originales, se conservan en un histórico y voluminoso expediente en el Archivo de Simancas.”

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En los fondos del Museo del Ejército está depositado un manuscrito pintado, datado en la primera mitad del siglo XX, que reproduce parcialmente las legendarias “Cuentas del Gran Capitán”, dividiendo entre cargos y descargos  los gastos generados por Gonzalo Fernández de Córdoba durante las campañas de Italia.

Fondo en el inventario del Museo del Ejército: CUENTAS DEL GRAN CAPITÁN. Materia: papel, tinta, guache; Técnica: manuscrito, pintado; Datación: primera mitad siglo XX; Dimensiones: fondo completo, 57 cm, ancho 40,8 cm; Número de Inventario: ME[CE]38177.

 Los datos se enmarcan en la parte superior por un friso con medallón central que alberga el retrato de busto del Gran Capitán. Dos robustas columnas laterales recorren en altura todo el documento.

Estuvo expuesto al público durante años junto a un busto de Gonzalo Fernández de Córdoba en el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro, en la villa de Madrid, sede entonces del Museo del Ejército.

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En 1983 el Director del Museo del Ejército, entonces con sede en el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro de la Corte de Madrid, entregó una reproducción artística de las Cuentas del Gran Capitán obrantes en dicho Museo al Pleno del Tribunal de Cuentas.


 

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Reinando don Juan Carlos I, con ocasión del V CENTENARIO DEL FALLECIMIENTO DEL GONZALO FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA, el Instituto de Historia y Cultura Militar programó para 2015 diversas actividades, ciclos de conferencias, y publicaciones.

El Museo del Ejército, en su sede del Alcázar de Toledo, organizó en 2015 una Exposición Temporal, en la que se  mostró al público ese manuscrito pintado de las Cuentas del Gran Capitán, en el espacio asignado a la ‘Segunda Campaña de Italia’.

Ese fondo, con una explicación, se incluye en las páginas 258-259 del libro del Museo del Ejército “CATÁLOGO DE LA EXPOSICIÓN TEMPORAL “EL GRAN CAPITÁN”, editado en 2015 por el Ministerio de Defensa [NIPO: 083-15-251-6; ISBN: 978-84-9091-066-5].

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El texto del manuscrito pintado en ese fondo museístico, fechado en la primera mitad del siglo XX, es similar pero no idéntico al de un impreso del siglo XIX con las CUENTAS DEL GRAN CAPITÁN, marcado con sello del Real Museo de Artillería; el Descargo no sufre variación.

 

“Cien millones por mi paciencia en escuchar ayer que el Rey pedía cuentas al que le ha regalado un reino.”

Impreso en el Real Museo Militar de Artillería (s. XIX)

Don Modesto Lafuente.

HISTORIA GENERAL DE ESPAÑA (1851)

Manuscrito en el Museo del Ejército (s.XX)

CARGO

Por los libros que produjeron resultaba Gonzalo alcanzado en grandísimas sumas; más él trató aquella demanda con alto desprecio, y se propuso dar lección severa, así a los Tesoreros como al Rey, de la manera con de debían tratar y considerar a un conquistador de reinos.

Respondió con suma indiferencia y serenidad, que al día siguiente vendría preparado y presentaría él sus cuentas, por las cuales se vería cuál era el alcanzado si él ó el Fisco, que le reclamaba ciento treinta mil ducados remitidos por primera partida, ochenta mil pesos por la segunda, tres millones de escudos por la tercera, once millones de escudos de cuarta, tres millones de escudos de quinta y así por este estilo seguía relatando el grave, gangoso y cortado Secretario que autorizaba un acto tan importante y serio.

DESCARGO

Efectivamente, el gran Gonzalo cumplió su palabra, y al presentarse en la segunda audiencia , sacó el voluminoso libro en que llevaba apuntados sus descargos, que principió á leer en alta y sonora voz, para que pudiese tomar razón, del siguiente modo

 

{7}. Quintana, Vida del Gran Capitán.

 

En el Museo nacional de artillería de esta corte hay un impreso titulado Cuentas del Gran Capitán.

En la parte que se llamaba de descargo se hallan anotadas las partidas siguientes:

“Cada paso del Gran Capitán, Don Gonzalo de Córdoba, fue un ataque y cada ataque, una victoria; su túmulo en el convento de los Gerónimos de Granada fue adornado con doscientas banderas y dos pendones por él ganadas.-

El odio de sus émulos, y particularmente de los tesoreros que el Rey Fernando tenía en el Reino de Nápoles en 1506, para adularle, indujéronle, celosos, para que residenciase a Gonzalo, sobre el empleo de las grandes sumas remitidas desde España para los gastos de la guerra en Italia; el Rey tuvo la flaqueza de consentirlo y aún de asistir a la conferencia.

CARGO

Por los libros que produjeron, resultaba Gonzalo en grandísimas sumas alcanzado; más él trató la demanda con alto desprecio y se propuso dar severa lección, tanto al Rey como a sus tesoreros, del trato y consideración debidos a un conquistador de Reinos.-

Con indiferencia y serenidad, respondió que al día siguiente y presentaría sus cuentas, por las cuales se vería si el alcanzado era él o el Fisco que le reclamaba.~

Ciento treinta mil ducados remitidos por primera partida.~

Ochenta mil pesos por la segunda.~

Tres millones de escudos por la tercera.

Once millones de escudos de cuarta.~

Trece millones de escudos de quinta.~~…

Y así el grave, gangoso, y cortado secretario, seguía relatando cargos por este estilo, dentro de un acto imponente y serio.

El Gran Capitán cumplió su palabra, y en la segunda audiencia sacó un voluminoso libro de sus descargos que principió a leer con alta y sonora voz, del siguiente modo:

DESCARGO

Doscientos mil setecientos treinta y seis ducados y nueve reales en frailes, monjas y pobres, para que rogasen a Dios por la prosperidad de las Armas Españolas.

Cien millones en picos, palas y azadones.

Cien mil ducados en pólvora y balas.

Diez mil ducados en guantes perfumados para preservar á las tropas del mal olor de los cadáveres de los enemigos tendidos en el campo de batalla.

Ciento setenta mil ducados en poner y renovar campanas destruidas con el uso continuo de repicar todos los días por nuevas victorias conseguidas sobre el enemigo.

Cincuenta mil ducados en aguardiente para las tropas un día de combate.

 Millón y medio de ídem para mantener prisioneros y heridos.

Un millón en misas de gracias y Te-Deum al Todo-poderoso.

Tres millones en sufragios para los muertos.

Setecientos mil cuatrocientos noventa y cuatro ducados en espías y…………

Cien millones por mi paciencia en escuchar ayer que el Rey pedía cuentas al que le ha regalado un reino.

 

»Estas, pues, añade el citado impreso del Museo, son las célebres cuentas extractadas del Gran Capitán, que originales obran en poder del conde Altimira.»

Estas son, pues, extractadas, las célebres cuentas del Gran Capitán, que, originales, se conservan en un histórico y voluminoso expediente en el Archivo de Simancas.”


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